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Economía

BRB dibuja el futuro de la animación

Por Redacción Capital

Eran uno dos y tres... Soy un gnomo... Pon la boca así como si fueras a beber... Son 80 días son, 80 nada más... ¿A que le suenan estas canciones? Y a quién no. Todo el que fue niño en los 80 descubrió por primera vez las series de dibujos animados. La pionera fue la japonesa Mazinger Z. Pero al poco tiempo, la televisión se llenó de animación que llevaba impreso el sello made in Spain, como D’Artacán, Willy Fog o David el Gnomo. El responsable tanto de importar a España las series animadas que triunfaban en el extranjero (Los Picapiedra, Jacky el oso de Tallac...) como de crear los dibujos que sentaban frente al televisor a más de veinte millones de españoles todos los sábados a las 15:30 fue Claudio Biern Boyd, presidente de BRB Internacional (en la foto de apertura de este reportaje con algunas de sus creaciones). “Éramos los únicos. Teníamos una audiencia tremenda y eso nos permitió arrancar con el negocio de vincular productos a grandes marcas y crear el concepto de merchandising. Fueron unos años muy buenos”, recuerda con nostalgia al que muchos consideran el Walt Disney español.

Otros se hubieran conformado con vivir de esa nostalgia y de las rentas de unas marcas millonarias, pero ese no es el estilo de los cuarenta trabajadores que forman esta empresa. De hecho, a lo largo de sus cuatro décadas de historia, la compañía ha seguido dando lecciones de cómo adelantarse a sus rivales. “En los 90, con la aparición de las teles privadas, la audiencia se fragmentó, pero explotamos el negocio de las licencias y los productos asociados a las series. Basamos nuestro trabajo en desarrollar contenidos que funcionaran en todo el mundo para crear marca”, explica Biern Boyd. La buena costumbre de apostar por la innovación también ha llevado a esta compañía a abanderar la utilización de tecnologías como el 3D en la animación, la estereoscopía (las famosas gafas), la realidad aumentada y el desarrollo de series para explotar en internet y otros soportes digitales como la smart TV. “En la actualidad, los niños no consumen animación en la televisión sino que lo hacen a través del smartphone y de la tablet. Ahora no ven las cosas a la hora que les dices sino que se conectan y lo tienen todo cuando ellos quieren. También les cuesta ver capítulos de media hora. Están más abierto a disfrutar de cortos animados”, explica Carlos Biern, consejero delegado de BRB e hijo del fundador. “Si no eres capaz de adaptarte a estas tendencias estás fuera del mercado”, añade su padre.

Con la intención de captar a ese nuevo infante internauta, la firma lanzó, ya en 2004, Berni, su gran bombazo del siglo XXI. “La idea surgió unos años antes con los antiguos móviles que, con esos mensajes de más de un euro, te permitían bajar la canción de moda. A nosotros se nos ocurrió crear cortos de animación que se pudieran descargar. Así nació. Es una serie con capítulos de tres minutos sin diálogos con gags a lo Mister Bean”, asegura orgulloso Carlos Biern. Tiene motivos para estarlo. Los más de 150 capítulos de tres minutos cada uno con las desventuras del oso más patoso de BRB se han emitido por las televisiones de más de cien países. Su humor sin diálogos permite que los niños de cualquier parte del mundo disfruten con la serie. “Ha sido todo un fenómeno. Antes de Berni ninguna televisión te compraba capítulos de menos del estándar de treinta o quince minutos”, añade el consejero delegado. Pero el mayor logro de esta serie no está en que haya creado un nuevo nicho en televisión sino en que les ha abierto las puertas de la red y de las plataformas de vídeos bajo demanda. “La serie fue colgada en Youtube, donde tiene más de120 millones de visionados al año. Unos 300.000 cada día. También está en plataformas de vídeo bajo demanda como Netflix, Hulu o Wuaki, donde aumenta sus ingresos un 500% cada seis meses. Ya hemos vendido cuatro veces más contenido digital que DVDs en el pasado”, añade Carlos Biern.
Debido al éxito de Berni, entre 2004 y 2012 la firma ha generado unos 500 cortos sin diálogos con las series Canimals, Zoobabu, Suckers, Kambu, Imp y Angus & Cheryl. “Nos hemos convertido en los mayores creadores de cortos de animación del mundo, por encima de los americanos y también hemos logrado ser agregadores de Yotube, que es una categoría superior, que permite poner la publicidad que nosotros queremos y comercializarla antes de cada visionado. Es lo mismo que la televisión. Es gratuito pero se mantiene con la publicidad”, añade Biern.

Gracias a ir siempre un paso por delante del resto, BRB afirma que no ha presentado pérdidas en ningún ejercicio de su historia (aunque prefieren guardarse en secreto la cifra de beneficios). Lo que no quiere decir que a lo largo de los años no hayan cometido errores. “La serie Super Models! en los 90, que presentaba como heroinas a las modelos de la época, no le interesó a nadie”, reconoce su fundador. Ya en este siglo, los mayores contratiempos han venido precisamente de la afición de la firma a ser pioneros en la introducción de las últimas tecnologías. “Canimals y Zoobabu son series que se pueden disfrutar con gafas 3D ya que tienen estereoscopía. Ambos títulos han ido bien, pero lo de las gafas no ha calado todavía entre los niños”, añade Toni García, director creativo de BRB.
Y si hablamos de errores, algunos rivales acusan a esta compañía de animación de no haber triunfado nunca entre los niños de preescolar, que se han decantado por un producto de la competencia como Pocoyó. “No ha sido nuestro fuerte. En el pasado tuvimos éxito con Teo, pero han sido los clásicos los que nos han cubierto en parte ese vacío”, asegura Claudio Biern Boyd. “Hay que tener en cuenta que en nuestros orígenes el dibujo animado era para todos los públicos. Lo veía todo el mundo. Ahora eso ha desaparecido. Lo que es para preescolar no interesa al niño de seis años. Con nuestros últimos proyectos estamos tratando de cubrir todos los frentes y Mica es nuestra opción para los más pequeños”, añade García.
Las nuevas propuestas. En estos momentos, BRB está preparando tres series que respetarán la apuesta por las nuevas tecnologías y las ventanas digitales a la vez que tratarán de captar a todos los segmentos de público. Se trata de Invizimals, Filly Funtasia y Mica. Esta última, basada en un libro de la editorial Santillana, que en América Latina ha vendido más de 20 millones de ejemplares, es la apuesta para desbancar a Pocoyó. Filly Funtasia viene de la mano de un juguete, que en Alemania ha enamorado a más de 60 millones de niñas. Mientras que Invizimals es la serie basada en un videojuego de Sony que en la consola PSP ha vendido más de 1,5 millones de unidades. “Las tres comparten algo. Se trata de marcas conocidas en un territorio que necesitan extenderse por todo el mundo para explotar las licencias. Para crear esa marca global lo mejor es una serie. Y ahí entramos nosotros”, explica Carlos Biern.
Junto al conocimiento de marca, las tres también coinciden en que son coproducciones, lo que minimiza el riesgo de fracaso. Algo fundamental cuando se trabaja con presupuestos que oscilan entre los tres y los 4,5 millones de euros. “También nos permite entrar con más facilidad en las televisiones. Ahora las cadenas no arriesgan y sólo compran marcas conocidas. Nosotros se lo damos. Además, en el caso de Invizimals, Sony asegura ingresos por publicidad a la televisión que la emita”, dice Carlos Biern.

Apps como complemento. Por otro lado, y al igual que llevan haciendo desde hace años en el portal www.brbplay.com, los nuevos títulos irán acompañados de infinidad de aplicaciones y juegos complementarios para obtener ingresos a través del smartphone. “La televisión es cada vez menos importante. Antes suponía el 70% del presupuesto, pero ahora ese porcentaje ha caído a la mitad a la vez que las aplicaciones originan el 25% de la cuenta de explotación”, explica el consejero delegado.
En BRB están convencidos de que estos títulos ayudarán a incrementar la facturación de la firma que, como el resto, también sufre la crisis. En el caso de la animación, los malos tiempos se originan por las televisiones, que no compran tantas series y apuestan (especialmente las americanas) por producciones propias. Ante esta situación, una empresa independiente como ésta ha diversificado su presencia entrando en otros campos, como el cine, los musicales, las series de imagen real y otras franjas de edad. “Estamos haciendo los largometrajes de Berni y D’Artacán. Tenemos los musicales de David y de Willy Fog y seguiremos intentando hacer series de ficción de imagen real de éxito como La Memoria del Agua”, dice Claudio Biern Boyd. “También queremos desarrollar contenidos de animación para jóvenes adultos. Series donde haya diálogos irreverentes y se metan con los políticos. En el pasado hicimos Imp, pero creemos que es un nicho que buscan los anunciantes que están activos en Youtube como Coca-Cola o Telefónica. Estas series no funcionan en televisión pero sí en la red”, añade Carlos Biern.
Como se puede ver, la BRB actual tiene muy poco que ver con la que creó Ruy, el pequeño Cid en 1980 . Pero hay tres cosas que no van a cambiar. “Queremos seguir siendo internacionales. Pensar en un solo mercado no tiene sentido. También apostaremos por las sitcoms, ya que es lo que quiere el público. Para dramas, ya están los medios de comunicación. Y, sobre todo, trabajaremos en tener buenas historias y buenos personajes, que garanticen el éxito. La tecnología ayuda, pero sin un buen guión, no hay nada que hacer”, asegura un Claudio Biern Boyd que sabe que hay cosas que no se deben cambiar si se quiere seguir siendo referente de la animación española otros 40 años más.]]>

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