Su palmarés es indiscutible. A su nombre reside el entrenamiento desde sus orígenes de Rafa Nadal, el deportista español más laureado de la historia y que ha alcanzado la cima del tenis mundial a base de sets y una zurda espectacular. Pero detrás de ese éxito hay mucho entrenamiento, muchas charlas, mucha filosofía. Y ahí entra la labor de Toni Nadal. Un trabajo que desde hace unos años ha decidido trasladar al mundo empresarial, porque deporte y empresa no están tan lejos como aparenta.
Así lo apunta Toni Nadal, quien explica a Capital que “todo en la vida tiene un denominador común” y lo que él hizo “en una pista de tenis con Rafael entendía que era bueno también fuera”. Por eso cuando le llamaron de distintos espacios para dar charlas sobre deporte y valores no se negó. Al contrario. Ahora explica su “visión del mundo” a empresas y “los principios que han llevado a Rafael a tener éxito en su quehacer diario, que creo que son los principios válidos que también rigen en el mundo empresarial”. Aunque son muy diferentes.
Tal y como explica Nadal, “en el mundo del deporte no solo tienes que tomar una decisión, sino que la tienes que tomar a máxima presión”. Sin embargo, “en el mundo de la empresa puedes meditar y pararte un poco más, tienes más tiempo”. Ahora bien, añade, “pienso que lo esencial para que vaya bien una empresa y lo esencial para que vaya bien un deportista es la preparación. Cuanto más preparado estoy, más opciones tengo de tener éxito”.
Porque para este profesional del universo del tenis y coach empresarial, “una compañía tiene que tener la exigencia de no conformarse con lo hecho, lo mismo que tiene que tener esta exigencia cualquier deportista de élite porque al final sabes que una victoria presente no te augura tampoco un éxito futuro”. De ahí que para éste sea nuclear “estar en constante adaptación y proceso de mejora”. Su frase clave es: “Con toda seguridad no lo hacemos perfecto, luego siempre hay margen de mejora”.
Y cita un ejemplo. “La última vez que preparé una temporada con Rafael fue en 2017 y recuerdo que en aquel momento le dije ‘Rafa, el mundo ha cambiado, el mundo va muy deprisa. Antes tú pegabas este golpe y la gente se iba para atrás pero ahora se van hacia delante. Antes corrías mucho, ahora ya no corres mucho. Y no queda más remedio que tomar una decisión que es hacer cambios, sacar mejor e ir más a la red porque si no es la crónica de una muerte anunciada’. Y esto ocurre también en todo el mundo”.
Por eso para Toni Nadal “la adaptación implica un riesgo, implica hacer cosas que necesariamente no tenemos completamente la certeza de que irá bien, pero hay que tomar la determinación de arriesgarse”. Y eso no solamente es tenis, es vida.
“Tú tienes la opción de buscar en la vida venir a trabajar a una oficina y saber que a las 15 horas te vas a ir y no vas a tener grandes sobresaltos en tu día a día ni probablemente tendrás momentos de altísima satisfacción profesional”, explica Nadal. Sin embargo, hay otra opción: “Puedes elegir el otro modelo de vida que es buscar retos constantemente”. Este es el modelo de las empresas, “el motor de cualquier empresa y de cualquier deportista”. Y cita a su sobrino: “Ha ganado el último Roland Garros, sí, pero le queda mucho por ganar porque de lo que va a venir no ha ganado absolutamente nada, por lo que no queda más remedio de estar siempre de esa idea de ‘reto superado, reto olvidado, nuevo reto en nuestra mente’”.
Sin embargo, hay un factor determinante y que difiere entre un deportista y el mundo empresarial: la vocación. Hay muchas empresas en cuyas plantillas existen trabajadores sin vocación por el proyecto, solo a expensas de recibir una nómina a final de mes y continuar con su vida. ¿Cómo impulsar la pasión a este tipo de personas?
