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bipartidismo

Eficiencia política y bipartidismo

“La Ley, por sí sola, tampoco garantiza la calidad de la gestión pública, la calidad la ponen los electores”  La Democracia es un sistema de elección con el criterio de la mayoría, así que más que “el menos malo de los sistemas” (Churchill) es el único legitimo, porque la gestión de lo común concierne a toda la ciudadanía, siempre en el entendimiento de que la democracia no garantiza la calidad de la gestión sino la correcta representación. De seguido hay que advertir que la democracia sólo tiene sentido en el ámbito del Estado de Derecho, en el que el poder se ejerce de acuerdo a la ley en garantía de la libertad e igualdad de los ciudadanos y de la veracidad del sistema. Pero la Ley, por sí sola, tampoco garantiza la calidad de la gestión pública, la calidad la ponen los electores eligiendo con acierto personas y programas.   Muchos ciudadanos están decepcionados porque la Democracia no resuelve sus problemas (sólo es un sistema), y perciben el espanto de cómo se maneja el Derecho (leyes y sentencias) orientándolo al interés partidario y no a la justicia (interpretación alternativa del derecho, marxismo puro). Desde la crisis de 2008 el pesimismo ha hecho mella en gran parte de la población (crisis económica, pandemia, inflación, desinstitucionalización, etc.).   Un tercer elemento necesario es la garantía de la verdad, de la verdad objetiva, como exigencia para optar con acierto. Verdad exigible a los partidos, a los políticos y a los medios de comunicación. Vuelve a aparecer la necesidad de un poder judicial independiente y ágil en un marco legal intransigente con la mendacidad, incluidos los reglamentos parlamentarios.   El siguiente elemento, establecida la articulación política mediante partidos políticos, es garantizar su funcionamiento democrático, lo que sólo puede alcanzarse mediante una ley muy exigente y la intervención…