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christine lagarde

El BCE frena la compra de deuda de su plan contra la Covid-19 y mantiene los tipos

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido rebajar el ritmo de compras netas de activos al amparo de su programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP) en comparación con los dos trimestres anteriores. Según ha informado la entidad este jueves en un comunicado recogido por Europa Press, "sobre la base de una evaluación conjunta de las condiciones de financiación y de las perspectivas de inflación, el Consejo de Gobierno considera que pueden mantenerse unas condiciones de financiación favorables con un ritmo de compras netas de activos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) ligeramente inferior al de los dos trimestres anteriores", ha explicado el Consejo de Gobierno del BCE.El resto de instrumentos de política monetaria han quedado intactos. Así, el instituto emisor ha mantenido sin cambios los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%. El BCE ha subrayado, igual que en la reunión de julio, que mantendrá los tipos en su actual nivel, o más bajo, hasta que la inflación llegue al 2% "mucho antes" del final del horizonte de proyecciones y de forma "duradera" para el resto de la ventana temporal. Las condiciones para subir tipos también incluyen que el progreso de la inflación subyacente sea lo "suficientemente avanzado" para ser "consistente" con que la inflación se estabilice en el 2% a medio plazo. "Esto podría implicar un periodo transitorio en el cual la inflación esté moderadamente por encima del objetivo", ha explicado el organismo. Pese al ritmo de compras reducido del PEPP, se ha mantenido su volumen total de 1,85 billones de euros, a gastar hasta marzo de 2022 aunque sin necesidad…
Por Alba Puerro. Tener a un predecesor que ha hecho del “todo lo que sea necesario” su leitmotiv, y que ha implementado toda una batería de medidas anticrisis, enfocadas a inundar el mercado de dinero e incentivar que fluya el crédito (que no pare la “fiesta”), no te lo pone nada fácil. Christine Lagarde tenía todas las papeletas para decepcionar al mercado, a los inversores, a la banca… porque se había quedado sin margen de maniobra. Heredó un regalo envenenado. Mario Draghi tenía una postura muy clara de política monetaria y la llevó hasta el final. Aprobó numerosos paquetes de estímulos con miles de millones de euros para compra de deuda, acciones y activos, y bajó los tipos de interés hasta dejarlos en terreno negativo (el BCE va a prestar a los bancos al 0 % durante tres años y la facilidad de depósito de la institución es del -0,50 %, es decir, les cobra dinero por depositar su capital). Esta medida terminó por levantar ampollas en el núcleo duro del BCE. En este entorno del BCE con cada vez más posturas enfrentadas y sensación de falta de unidad, tomó el relevo Lagar[1]de. En su primera intervención ya quiso dejar claro que rechazaba seguir la estela de Draghi, cambiando el discurso de “lo que sea necesario” al “no estoy aquí para borrar primas de riesgo”. El resto del mundo ya tenía más o menos claro que ahora tocaba un mandato “hawkish”, pero no sabían hasta qué punto iban a ser duras sus medidas. Y llegó la crisis de la Covid-19 Sólo unos meses después de la toma de posesión de Lagarde, Jens Weidmann empezó a recular y pidió disculpas a Draghi por sus acusaciones al mismo por, entre otras cosas, estar poniendo en peligro la estabilidad financiera con su plan…
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha anunciado este lunes a través de una entrevista concedida al periódico francés Le Monde que el plan de recuperación de la Unión Europea llegará previsiblemente a comienzos de 2021, al tiempo que ha insistido en que se debe cumplir “absolutamente”. “El objetivo de la Comisión es que se pueda pagar a comienzos de 2021 y debe cumplirse absolutamente”, ha señalado Lagarde, quien ha destacado que “la pelota está en el campo de los Estados”. Estos deberán presentar sus planes para examen ante el Ejecutivo comunitario y posteriormente deberán adoptarse en cada Parlamento. Cabe destacar que el plan de recuperación es de 750.000 millones de euros y se encuentra bloqueado por la negociación entre los países del bloque, entre los cuales hay algunos que se sienten señalados por las reglas que ha adoptado el organismo comunitario al condicionar las ayudas al cumplimiento de los principios del Estado de Derecho. “Es crucial que este plan excepcional, que ha levantado importantes tabues en ciertos países, sea un éxito”, ha destacado la presidenta del BCE antes de destacar los riesgos que existen de que se pierda “en dédalos administrativos” o que no aterrice en la economía real con los objetivos pactados. Lagarde también ha apuntado que la segunda ola de la pandemia en Europa “pesa sobre la recuperación” y ha definido como “desigual, incierta e incompleta” la recuperación económica tras el verano. En cualquier caso, si empeora la situación, el BCE dispone de otro tipo de posibilidades: “Si hay que hacer más, haremos más”. Por el momento el escenario central prevé una caída del 8% del PIB en promedio en la zona euro “incluidas hipótesis de restricción parciales y localizadas”. En el caso de que las cosas se agraven, dichas previsiones se revisarán este…