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Ford se une a Google para avanzar en la creación de vehículos conectados

La firma automovilística Ford y la compañía tecnológica Google han anunciado una asociación estratégica con el objetivo de acelerar la transformación del fabricante de vehículos y reinventar la experiencia que supone el automóvil conectado. Tal como han indicado ambas empresas, este acuerdo permitirá ofrecer servicios y funcionalidades únicas para los clientes de Ford y Lincoln. Además, Ford designará a Google Cloud como su proveedor preferente de servicios en la nube, con lo que aprovechará la experiencia de la firma en datos, inteligencia artificial y aprendizaje robótico. También como parte de esta colaboración, que tendrá una duración de seis años, a partir de 2023 millones de futuros vehículos de las marcas Ford y Lincoln vendrán equipados con Android e incorporarán aplicaciones y servicios de Google, lo que permitirá disponer de Google Maps como sistema de navegación principal. "Mientras que Ford continúa con el proyecto de transformación más potente de toda su historia a través de la electrificación, la conectividad y la conducción autónoma, la unión de la compañía con Google establece un potencial de innovación realmente capaz de modernizar nuestro negocio y de ofrecer a nuestros clientes una experiencia superior", ha subrayado el presidente y consejero delegado de Ford, Jim Farley. Para impulsar la innovación de manera continuada, Ford y Google están creando un nuevo grupo de trabajo colaborativo, Team Upshift, que ampliará los límites de la transformación del fabricante estadounidense aprovechando el talento y los activos de ambas compañías. "Desde la primera línea de montaje hasta la última tecnología de asistencia al conductor, Ford ha marcado el camino de la innovación de la industria del automóvil durante casi 120 años. Estamos orgullosos de asociarnos para implementar lo mejor de las plataformas de inteligencia artificial, de análisis de datos, de computación y de servicios en la nube de Google y así…
La firma automovilística Ford revisará alrededor de tres millones de vehículos en Estados Unidos y Canadá que equipaban airbags defectuosos del fabricante Takata, lo que tendrá un coste para la compañía de Michigan de 610 millones de dólares (más de 500 millones de euros al cambio actual). Según un documento remitido a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) al que ha tenido acceso Europa Press, aproximadamente 2,7 millones de vehículos estarían afectados en Estados Unidos y unas 300.000 unidades en Canadá y en otras regiones. Los vehículos afectados por esta campaña de revisión fueron producidos entre los años 2006 y 2012 y entre ellos se encuentran los Ford Ranger, Fusion, Edge, los Lincoln MKZ/Zephyr, MKX y el Mercury Milan. Esta partida extraordinaria comunicada por la compañía a la SEC se publica después de que la Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico por Carretera de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) obligase a la compañía a revisar dichos automóviles. Sin embargo, el fabricante ya reportó un gasto de 610 millones de dólares como un gasto extraordinario en sus resultados del cuarto trimestre de 2020, lo que, según ha asegurado la empresa, no afectará a su beneficio operativo ajustado. Fue en 2008 cuando se detectaron fallos en el sistema de inflado de los airbags de la marca Takata, que han sido relacionados con al menos 16 muertes en todo el mundo, incluyendo 12 casos en Estados Unidos, debido a que dichos componentes podrían explotar con una potencia excesiva, dispersando piezas de metal dentro de los vehículos.
Shanghai y Pekín son dos buenos ejemplos del espectacular crecimiento de la industria del automóvil en China, el país en el que ya se venden más vehículos en el mundo y que está llamado a convertirse en La Meca de los fabricantes de coches en los próximos años. En ambas ciudades hay ya saturación de vehículos, pero cada localidad la ha gestionado de modo diferente. Mientras que en Shanghai se ha invertido en infraestructuras, hay más autovías y el tráfico es más o menos fluido, en Pekín hay unos atascos descomunales y se sigue restringiendo la circulación a un día u otro en función de la matrícula, una medida que se implantó en las Olimpiadas de 2008. Por las calles de Shanghai y Pekín circulan coches occidentales de importación, un capricho que la clase alta valora por su mayor calidad, mientras que en las provincias pobres se venden vehículos locales producidos por 120 fabricantes de los que nunca se ha oído hablar. El paisaje en China es un buen escaparate para preguntarse quiénes van a ser los protagonistas del futuro en la industria del automóvil.“El mercado va a crecer entre un 5% y un 10% en los diez próximos años. Es menos que antes, pero significa que en China se venderán dentro de una década entre el 30% y el 35% de los vehículos de todo el mundo, el doble de lo que se hace ahora en Europa y EEUU. Cualquier fabricante de coches o de componentes que quiera pintar algo deberá estar aquí”, señala Jan Borgonjon, presidente de InterChina, una de las principales consultoras de automoción del país. Otra cosa es quién reinará en este inmenso mercado. Según este belga, que lleva treinta años viviendo allí, el 70% de las ventas se lo llevan actualmente las marcas internacionales; el…