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A Skrei le gusta el frío: el bacalao que necesita viajar

Ver amanecer en Husøy es siempre una experiencia. El minúsculo islote, que parece atado a la isla de Senja por un pedazo de hormigón, es un buen ejemplo de cómo un producto puede llevar la riqueza a cualquier rincón del mundo. El ‘bacalao’ trae aquí el trabajo y el drama, los días de calma y las noches de temporal. La carretera 86 sigue teniendo el espíritu de aquellos caminos previos al teléfono y a internet.   En Noruega hay muchas cosas que desafían la lógica española. Todo, sin embargo, parece funcionar a las mil maravillas en un lugar en el que la naturaleza y la calidad de vida se dan la mano en lugares de una belleza impactante, donde la soledad y la naturaleza se mezclan casi por obligación. Parece que siempre ha sido así, y así seguirá.   Dicen que este bacalao es un nómada inconformista. Nómada, que es el significado de la palabra skrei, realiza una migración desde las frías aguas del mar de Barents en Noruega hacia las islas Lofoten, a las que se dirige para desovar. En dichas islas es donde se realiza su captura en los meses más fríos del año.  Todo viaje necesita unos preparativos, y, para dicha migración de muchos miles de kilómetros en aguas congeladas del Ártico, el skrei necesita acumular grasa, lo que hace que tenga unas características organolépticas especiales. ¿Resultado? Sabor más intenso y una carne más jugosa.  Ese viaje provoca un aumento de su musculatura, lo que otorga a la carne blanca una textura más tersa, blanca y prieta y un especial brillo nacarado. Además, la alimentación de que se nutre, fundamentalmente, mariscos, le aporta minerales que se manifiestan en su sabor.  Para prepararlo podemos aplicar cualquiera de nuestras recetas con bacalao fresco favoritas, o sencillamente asarlo preparando un bacalao al…
Hielo, orientación y auroras boreales como reclamo  Parece que nadie duda que el nuevo verdadero lujo es la naturaleza. Durante el frío invierno escandinavo, el Mar Báltico se congela formando la banquisa, una masa de hielo aproximadamente de un metro de profundidad, que flota sobre el mar y que nos permite realizar un viaje increíble. Parajes helados, paisajes infinitos y naturaleza en estado puro. Finlandia se ha convertido en el gran reclamo para los amantes del frío y la nieve, pero con servicios del siglo XXI.  Una compañía española, Greenland Adventure, nos brinda la oportunidad de sentirnos lapones. Sentirnos auténticos pioneros en la exploración de los mares o lagos helados del gran norte. En estas travesías no disfrutaremos de las comodidades de un buen hotel, ni de la cocina de diseño, ni siquiera de una ducha caliente en varios días. Mucha sopa caliente, embutidos de Salamanca y platos de pasta con salchichas de reno o bacon, que siempre están mejor que la comida liofilizada.  Tanto en las travesías del golfo de Botnia o en la del Lago Inari, el verdadero disfrute está en el contacto con la naturaleza. El poder disfrutar del silencio, del ritmo lento del invierno polar, la experiencia de un viaje a través del hielo prácticamente igual que los lapones llevan realizando cientos de años.  En estas travesías por Finlandia no disfrutaremos un buen hotel ni cocina de diseño, la clave es el contacto con la naturaleza  La lectura de un mapa sobre el Golfo de Botnia anima a la travesía. La primera vez que nos desplazamos sobre la placa de hielo con nuestros esquís se siente algo especial. Por delante, 150 kms de frío y hielo. La travesía parte del bosque de Ojakila, a las afueras de la ciudad de Oulu, donde la playa en el…