Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

guerra taxi

Uber y Cabify contra el mundo

Sobre Uber y Cabify pesa una mirada maniquea. Odiadas y queridas casi a partes iguales, las compañías de vehículos de transporte con conductor, las famosas VTC que tantos titulares han ocupado estos últimos años, buscan meterse a la opinión pública en el bolsillo. Pero no solo. Nacieron con la voluntad de ocupar un vacío del servicio de transporte, pero lo llenaron a rebosar. La solución de unos ha terminado por convertirse en el problema de otros: el sector del taxi, con el que mantienen un enconado conflicto. Lejos ya las nubes más oscuras de la furiosa tormenta de los taxistas, la estrategia de ambas startups (empresas tecnológicas) pasa por camelarse al cliente con todas las posibilidades que ofrece la tecnología, trayectos gratuitos, descuentos y una notable actitud de víctima, al tiempo que preparan su asalto a otros segmentos de la economía. Uber y Cabify dieron servicio gratis el 26 de septiembre pasado. De 10 a 22 horas, cualquier usuario en cualquier punto del país que lo solicitara pudo viajar a coste cero para “conocer de primera mano tanto el servicio de VTC como el testimonio de los 15.000 conductores que cada día llevan en sus vehículos cerca de 6 millones de usuarios”. La iniciativa se adelantó dos días al Consejo de Ministros que aprobó el Real Decreto Ley sobre licencias VTC. La nueva norma quiere ser la pipa de la paz entre taxistas, conductores VTC y Gobierno. Para atemperar los ánimos entre el sector del taxi, el Ministerio de Fomento cedió a las demandas de los taxistas en septiembre y redactó un Real Decreto Ley que delega en las comunidades autónomas la regulación de la actividad, con una posible implantación de segundas licencias para respetar el ratio 1/30 (un VTC por cada 30 taxis). En la actualidad, la proporción media…