Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

joe biden

Biden defiende la solidez del sistema bancario de EE.UU. tras el colapso del SVB

Biden ha querido mostrar la máxima dureza con los directivos de las entidades, asegurando que "serán despedidos" y añadiendo que los inversores en las entidades intervenidas "no serán protegidos" El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha defendido este lunes la solidez del sistema bancario del país, después de la "rápida" actuación de las autoridades financieras, y ha señalado la importancia de reforzar la regulación bancaria, después de las medidas de relajación implementadas por la Administración Trump, con el fin de que no vuelvan a repetirse episodios como los del SVB y el Signature Bank. "Los estadounidenses pueden confiar en que el sistema bancario es seguro. Sus depósitos estarán allí cuando los necesiten", ha afirmado Biden desde la Casa Blanca, después de que el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank hayan hecho temblar a los inversores por el temor a una reedición de la crisis financiera. Asimismo, el presidente estadounidense ha subrayado que "no habrá pérdidas soportadas por los contribuyentes", ya que los fondos procederán para el rescate de las entidades procederán de un fondo que se nutre de aportaciones del sector bancario. Máxima dureza con los directivos Por contra, Biden ha querido mostrar la máxima dureza con los directivos de las entidades, asegurando que "serán despedidos" y añadiendo que los inversores en las entidades intervenidas "no serán protegidos", ya que asumieron riesgos a sabiendas y, cuando este no valió la pena, perdieron su dinero. "Así es como funciona el capitalismo", sentenció. En este sentido, el inquilino de la Casa Blanca ha expresado su voluntad de que los responsables del colapso de las entidades asuman lo sucedido y la necesidad de evitar que se repita algo así. "Hay que tratar de que no se repita", ha defendido, recordando que, durante la Administración Obama/Biden se implementaron requisitos más…
Estados Unidos ha comenzado el 2021 estrenando de forma convulsa una nueva administración, esta vez en manos de los demócratas. El nuevo presidente de Estados Unidos, Joseph R. Biden Jr., que sustituye al polémico Donald Trump, ya ha empezado a desmontar el legado del republicano, convirtiéndose en el presidente que más decretos (órdenes presidenciales) ha firmado en su primer día en el cargo. Algunas de ellas tenían un fuerte calado ideológico, como la vuelta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) o al Acuerdo de París sobre el cambio climático, dentro de los planes demócratas de desmontar los elementos que consideraban más lesivos del legado de Trump. El ya ex presidente republicano tuvo uno de sus puntos fuertes en su gestión económica, más allá de sus diatribas en Twitter y polémicas como no reconocer los resultados y alentar el asalto al Congreso, que ha conmocionado y dividido al país como nunca. Hasta la pandemia mundial, Trump, podía presumir de desempleo en mínimos históricos. En febrero del 2020 estaba en el 3,6 %, mientras que en septiembre del 2019 llegó a bajar hasta el 3,5%. El crecimiento de la economía durante la gestión del dirigente republicano estuvo por encima de las cifras de la era Obama. Si en 2016 Estados Unidos creció un 1,6%, en 2017 lo hizo un 2,3%, en el 2018, un 2,9%, y en el 2019, un 2,3%. Unas cifras muy superiores a las del resto de países industrializados. La pandemia llevó a la recesión a la economía americana ya en el primer trimestre del 2020. Biden aseguró durante la transición que tomaría “medidas audaces para abordar las desigualdades en nuestra economía y brindar alivio a quienes luchan durante la pandemia de Covid-19”. Para ello, ha diseñado un plan que suponga reconstruir la economía desde la pandemia…
Joe Biden es ya oficialmente el presidente número 46 de Estados Unidos, puesto que ha asumido formalmente este miércoles durante un periodo inicial de cuatro años y en el que sustituye al republicano Donald Trump, principal ausente de la ceremonia organizada ante el Capitolio, entre fuertes medidas de seguridad y estrictos protocolos sanitarios. Con la mano superpuesta en la Biblia de la familia, el nuevo mandatario ha recitado el texto protocolario ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, lo que formalmente culmina una transición convulsa marcada por el rechazo de Trump a reconocer su derrota. Biden obtuvo más de 81 millones de votos en las elecciones del 3 de noviembre, una cifra sin precedentes. Biden, de 78 años, es el presidente de mayor edad en llegar a la Casa Blanca, en la que entrará después de más de tres décadas como senador y ocho años a la sombra de Barack Obama, como su vicepresidente entre 2009 y 2017. Obama sí ha estado presente en la ceremonia, al igual que los expresidentes bill Clinton, George W. Bush y Bill Clinton, mientras que en representación de la Administración saliente ha acudido el vicepresidente, Mike Pence. Paralelamente a la llegada de invitados en Washington, Trump ha aterrizado de hecho en Florida, donde vivirá tras abandonar la Casa Blanca. En su discurso de despedida desde la Base Andres, en Maryland, deslizó un posible retorno a la política en el futuro: "Volveremos de alguna manera".
Por Gonzalo Cañete. Un mundo verde como el que se describe en los planes de un “Green Deal”, tanto en EEUU como en Europa, no sólo consiste en imaginar un mundo limpio, floral y multicolor. Tras este escenario se encuentra una forma de vida que no sólo afectará a las formas de producción y oferta, subvencionando con rentas y ahorros de los ciudadanos nuevas industrias. Este ecosistema impactará también en los hábitos de consumo-demanda, gravando fuertemente determinadas acciones que hoy se pueden considerar normales, pero que en ese futuro verde serán impensables. ¿Poseeremos en el futuro vehículos propios o los impuestos nos llevarán a todos a utilizar formas de transporte público ecológicas en la transición del mundo de los hidrocarburos al mundo eléctrico? La energía nuclear se vendió como alternativa ecológica y segura frente al petróleo y el carbón, hasta que vimos los efectos secundarios. ¿Pasará lo mismo con la industria de los coches eléctricos y la contaminación subyacente que generan sus baterías de litio? Veamos a continuación cuáles son los retos reales a los que se enfrenta la nueva administración de EEUU tras toda esta fachada verde. El déficit fiscal de Estados Unidos, un obstáculo insalvable La carta fuerte que Biden ha utilizado durante sus propuestas no es muy sofisticada. Sencillamente todo se basa en el plan de gastar más dinero como estímulo económico, pese a que durante décadas fue uno de los más críticos con el aumento del déficit fiscal. Si a esto le sumamos el control de los republicanos en el Senado, las probabilidades de obtener “barra libre” de estímulos fiscales se reducen. Las propuestas de esta nueva Administración son sólo eso, promesas de políticos. En lo que sí podemos tener confianza es en los números. Por eso quiero destacar la evolución del déficit estadounidense durante los…
Ya es oficial. El demócrata Joe Biden se ha convertido en el 46º presidente de los Estados Unidos después de lograr en Pensilvania los 273 votos necesarios para sobrepasar a su oponente republicano, el hasta ahora presidente norteamericano, Donald Trump. Una victoria que ha necesitado de varios días de recuento y que una vez confirmada supone un giro de guion en el escenario mundial. Este sábado las principales cadenas de Estados Unidos como CNN, NBC, CBS o la conservadora Fox News concedieron la victoria al demócrata en el estado de Pensilvania, tras un agotador recuento. Con esa victoria ya suma 270 votos del colegio electoral, que suponen su victoria frente a Donald Trump. Quién se lo iba a decir al candidato demócrata hace unos meses que su carrera a la Casa Blanca terminaría con éxito. No ha sido fácil, eso sí, ya que han hecho falta casi 5 días de conteo para que la escasa diferencia que separaba a Joe Biden de Donald Trump escalase a la cifra de 273 votos electorales, los necesarios para proclamarse presidente. En voto popular su distancia del candidato republicano es de 4 millones. Y lo ha hecho después de sumar los 20 compromisarios en juego en Pensilvania, uno de los estados en los que más se auguraba que el recuento iba a tardar. Lo mismo ha sucedido en Nevada o Arizona, donde el conteo todavía continúa, pese a dar ventaja al candidato demócrata, lo mismo que en Georgia, aunque su ventaja sobre Donald Trump es más leve. El motivo no es otro sino que se trata de un estado donde el voto por correo tiende a imponerse, el cual se balancea hacia el lado demócrata, pero cuyo escrutinio es más paulatino y por tanto hay que esperar hasta concluirle. De hecho, el voto por…
Estados Unidos ha hablado. Los ciudadanos estadounidenses han acudido a las urnas este martes para decidir quién será su próximo presidente: el republicano y actual máximo mandatario, Donald Trump, o el aspirante y demócrata, Joe Biden. El problema es que, como suele ocurrir en estos comicios, los resultados han sido muy ajustados y clamar un nombre no es tan sencillo. Si bien es cierto que las encuestas y pronósticos ven difícil la victoria del magnate norteamericano Donald Trump, en 2016 los ajustados resultados con la entonces oponente Hilary Clinton terminaron por decantarse a su favor. Y en esta ocasión podría volver a ocurrir. De hecho, el actual presidente norteamericano no ha tardado en asegurar que ha “ganado” las elecciones. Sin embargo, esta no ha sido su única declaración. Donald Trump también ha señalado que se ha producido un “importante fraude” en los comicios y ha exigido que se pare el recuento de votos. “Esto es un fraude para el público estadounidense. Esto es una vergüenza para el país. Nosotros nos estamos preparando para ganar las elecciones. Francamente, hemos ganado estas elecciones, nosotros hemos ganado estas elecciones”, ha apuntado éste durante su comparecencia en la Casa Blanca. En el lado opuesto, Joe Biden ha solicitado “paciencia” a todos sus votantes hasta conocer el resultado definitivo de los comicios, aunque cree estar en “buen camino” para poder ganarlos. “No sabremos los resultados hasta mañana por la mañana –por la tarde en España- ni Trump ni yo debemos declarar un ganador, es una decisión de los americanos y estamos contentos”, ha afirmado. Pero de momento ni uno ni otro es ganador. Y eso que casi 100 millones de estadounidenses votaron por adelantado antes de la apertura de los colegios electorales este martes, es decir, un 72,3% de los ciudadanos que votaron en los…
Es el evento de la semana a todas las escalas. Este martes Estados Unidos decide su futuro eligiendo quién será su próximo presidente. Donald Trump y Joe Biden son los candidatos de estas atípicas e históricas elecciones, las cuales se han visto ensombrecidas por el tenso debate vivido entre ambos candidatos durante toda la campaña. El coronavirus y los continuos ataques entre ambos candidatos, personales y no tanto, han hecho de esta campaña electoral un acontecimiento aún mayor que lo que acostumbra. Y es que lo que se decida en los colegios electorales estadounidenses durante esta jornada traerá unas consecuencias u otras a los mercados. Por el momento, el actual presidente estadounidense, Donald Trump, se ha situado por detrás en las encuestas ante el demócrata Joe Biden, quien tiene en su mano (y la de sus votantes) generar un cambio en Estados Unidos con una fuerte tendencia hacia la transición ecológica después de que el magnate norteamericano haya renegado de este punto. Este es solo un ejemplo de las muchas diferencias que mantienen los dos, aunque el más importante reside en la importancia que le han dado al coronavirus en un momento de vital importancia a escala mundial. Donald Trump ha restado importancia al virus pese a haberse contagiado, mientras que en el país han fallecido ya 230.000 personas a causa de la pandemia. En el lado opuesto, Biden se predispone como el candidato de los mercados, ya que de certificarse las encuestas y el demócrata ganase esta jornada, reforzaría las perspectivas de un estímulo fiscal rápido que repercutiría de forma directa en Wall Street y en el resto de bolsas mundiales. Lo que decida Estados Unidos tendrá consecuencias mundiales.