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jose maria sanchez galera

1+1+1 = ¿quién sabe?

José María Sánchez Galera es escritor y consultor. Hace casi una generación, apareció en la televisión española un anuncio que mostraba sólo unos muñecos recortados de papel, siluetas de monigote —lo que en catalán parece que se llama “llufa”. El locutor decía que, a veces, uno más uno no es dos, sino más; mientras lo narraba, se desplegaban los monigotes (llufes), y de las manos que unían a una parejita iban saliendo otros muñequitos más pequeños. Así, aquel anuncio recordaba —de forma falaz y comercial quizá; entonces contracultural, hoy más bien de cultura dominante— una constante en lo que se denominan “ciencias sociales”: que uno más uno no siempre es dos. Que las matemáticas aplicadas a fenómenos humanos complejos en ocasiones no funcionan como se espera en un laboratorio. Estos días han circulado de aquí para allá invitaciones a votar en el Senado de acuerdo con una fórmula osada: la “1+1+1”. Se trata de que los votantes que no quieren a Pedro Sánchez —el candidato de Otegi, de Puigdemont y de Junqueras, y también de The Economist, valga la redundancia— voten en el Senado al primero de la lista del PP, al primero de la lista de Ciudadanos y al primero de la lista de Vox. Si todos los votantes de este cariz siguieran tal indicación, la suma de estas tres formaciones obtendría mayoría absoluta —compartida, claro— en el Senado. De no ser así —se argumenta en esos mensajes—, es probable que los candidatos más votados sean los del PSOE. Porque los cuatro escaños al Senado —en circunscripciones peninsulares— que salen de estas elecciones se conceden a los cuatro candidatos más votados. El votante sólo dispone de tres votos —es decir, puede marcar hasta tres nombres de la papeleta común para todos—, de modo que el cuarto escaño suele ir…
José María Sánchez Galera es escritor y consultor. En el largometraje de David Lean Lawrence de Arabia (1962), rodado en España, Peter O’Toole, interpretando al protagonista, dice: «Va a ser divertido». Lawrence se refería a la campaña árabe contra los turcos, una campaña que, en la película, acaudilla este oficial británico con una estrategia alternativa a la de los grandes frentes de aquella Primera Guerra Mundial. La guerrilla. Nuevamente algo español. Pues, antes del desastre en Rusia, las tropas napoleónicas ya andaban enfangadas en un continuado desgaste —mutuo— en suelo hispano (1808-1814). Y, en gran medida, eso es Vox. Tras las elecciones andaluzas y la mecha que ha encendido la campaña de las elecciones generales (28 de abril), así como la de las autonómicas, municipales y europeas (26 de mayo), Vox puede resultar el factor más determinante. En cualquier sentido. Para algunos analistas, lo relevante estriba en cuántos votos “quita”·Vox a PP o a Ciudadanos, de modo que un auge del partido de Santi Abascal puede suponer una merma en la candidatura de Pablo Casado. De acuerdo con este análisis —adepto a la vetusta tesis del “voto útil”—, cada voto que recibiera la formación política “de las tres letras” —según la denominación de Pedro Almodóvar— sería un voto menos para el PP, y, por tanto, una posibilidad más de que el PSOE de Pedro Sánchez obtuviera la primera plaza electoral. Esto, asimismo, permitiría que el Narciso alado revalidara el cargo de presidente de nuestro consejo de ministros. Con la fórmula de pactos que surgiera; pues la tesis del “voto útil” no suele aplicarse a Cs, declarado entusiasta de pactar con sus hermanos socialistas. Votar a Rivera es quizá otra forma, perfumada de azahar, de votar al PSOE. Este enfoque observa, en general, con preocupación el creciente respaldo popular a Vox.…