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mario armero

Una herramienta útil (si se sabe utilizar)

Mario Armero es vicepresidente ejecutivo de ANFAC. A lo largo de su vida útil un coche en España soporta 10 impuestos diferentes. En la compra, cuando reposta, cuando circula, cuando cambia de propietario, cuando se achatarra… Diez tributos distintos que aportan a las arcas públicas españolas más de 28.000 millones de euros al año. Abonados, por cierto, por los ciudadanos, porque no contamos en esta suma la tributación que aplica a las empresas del sector de la automoción, esas que constituyen el 10% del PIB y emplean a alrededor del 9% de la población activa del país. Sin que haya nada claro todavía, en el entorno político actual se están poniendo sobre la mesa una pluralidad de impuestos que podrían tener un impacto negativo en la fiscalidad de la automoción. La equiparación de tributación del diésel y la gasolina en el Impuesto de Hidrocarburos, la subida de la prima de los seguros de coche, el impuesto por emisiones de CO2 que prepara Cataluña son escenarios que estamos valorando para determinar hasta qué punto pueden afectar a nuestro mercado. ¿Es posible que incrementen sustancialmente la tributación de los vehículos? Porque una excesiva presión fiscal desincentiva la demanda y debilita el mercado. Y al final, impacta sobre las fábricas españolas de vehículos, que ven peligrar su competitividad por las distorsiones en las ventas que provocan estas subidas de impuestos. No es lógico penalizar, por ejemplo, el consumo de diésel a través del impuesto de Hidrocarburos bajo la justificación medioambiental. Esta carga extra implica que el legislador no está queriendo ver las mejoras que la tecnología y la innovación ha traído a estos motores en los últimos años. Los vehículos diésel nuevos han reducido sus emisiones contaminantes en un 84% y en más de un 90% sus emisiones de partículas respecto de sus…