Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

oro

A vueltas con la inflación

“Es más aconsejable aumentar precios con mayor frecuencia y en pequeñas cantidades, así se evita ir por detrás de la ola de aumentos de costes y los clientes reaccionan mejor”  La inflación es, en esencia, el resultado de que el dinero impreso pierde su valor. Esto es fácilmente demostrable haciendo referencia a otro tipo de dinero, el oro. Por una onza de oro, en la antigua Roma se obtenían 300 panes y hoy, 300 barras de pan. El valor de la mercancía no ha cambiado.  Una alta inflación significa para la gestión monetaria empresarial que se debe conseguir el dinero lo antes posible y ‘desprenderse de él’ rápidamente. La peculiaridad de la situación que se nos presenta ahora es que la actual generación de directivos no tiene experiencia con la inflación, el último periodo similar ocurrió hace más de 40 años. La tasa media de inflación en la década de 1970 fue de aproximadamente un 5%, cuando en la década de 2010 fue del 1,27%. De 1971 a 1973, la inflación subió al 7,1%, idéntico escenario que del 2020 al 2022. Este mal debería ser conocido.   Sería irresponsable por parte de las empresas no reaccionar con subidas de precio, de forma rápida y con sumo cuidado, al proceso inflacionario. La razón es sencilla y radica en la fórmula de beneficios. Solo hay tres motores de beneficio y dos de ellos, el volumen de ventas y los costes, tienden a empeorar debido a la inflación. Siempre nos quedará la gestión de precios: no hay manera de evitar el aumento de los precios.  Como en muchos otros aspectos de la vida, esto va ‘por barrios’. En una encuesta realizada por Simon-Kucher, descubrimos que el 54% de los consumidores presta más atención a los precios en el supermercado. Sin embargo, solo el 18%…
España apuesta por las monedas de inversión En 2021, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT) decidía dar un paso más en el mundo del oro acuñando su primera moneda bullion. Para quienes no sean duchos en la materia, las bullion son monedas de inversión acuñadas en metales preciosos con ley igual o superior a 900 milésimas, acuñadas después del año 1800 y deben estar incluidas en el Diario Oficial de la Unión Europea. Estos productos suponen un método de inversión ‘diferente’ al combinar el valor del metal precioso (oro o plata) con el factor de coleccionismo, siendo una nueva opción de adquisición de oro, plata, platino o paladio físico en un formato diferente al de los lingotes.  El lince ibérico fue el animal escogido para protagonizar el reverso de esta pieza con valor facial de 1,5€. En el anverso, se reproducen los motivos y leyendas de un real de a ocho, de tipo columnario: dos hemisferios bajo corona real, flanqueados por las columnas de Hércules con el lema ‘Plus Vltra’ -del latín ‘Más allá’-, todo ello sobre un mar con oleaje. En la parte superior, en sentido circular y en mayúsculas, aparece la leyenda ‘Felipe VI Rey de España’. Una moneda única acuñada con 1 onza de oro de 999,9 milésimas que ha supuesto todo un hito para España en la tradicional acuñación de metales nobles, uniéndose por primera vez al selecto grupo de países de todo el mundo que ya emiten este tipo de monedas bullion como Austria, China o Canadá.   Al cierre de 2021, el lince fue el producto más vendida a través de la tienda online de Degussa generando la quinta parte de las ventas digitales de la compañía. El atractivo de esta moneda para inversores y coleccionistas generó un incremento…
“Tener oro físico es tener valor en tu mano”  “La compra de oro está totalmente democratizada y es extensible a todos los públicos”  Meter el dinero debajo del colchón. Esta afirmación tan añeja y arraigada a pensamientos tradicionales de la España de otra época ha traído consigo que todavía en 2010 un 2,1% de la población guardase efectivo en su casa como método para tener liquidez ante cualquier emergencia económica. Sin embargo, a su vez, esta decisión implica una pérdida de poder adquisitivo por el efecto de la inflación y la evolución de los precios. La cuestión es qué hubieran pensado nuestras abuelas –aquellas personas tan dadas a pronunciar el enunciado con el que se arranca este texto– si les hubieran explicado el valor del oro como fórmula alternativa para incrementar el valor de sus ahorros.  Algo similar trasladado al tiempo presente es lo que busca transmitir Degussa, empresa especializada en metales preciados de origen alemán y con sede en Madrid que recibe a Capital en su establecimiento pintado en tonos áureos al borde del Retiro. Tomás Epeldegui, director de la marca en el país, es quien actúa como embajador; un profesional del sector que aterrizó en esta compañía en el año 2017 después de dos décadas encargándose de la gestión de carteras de empresas y clientes de gran patrimonio. Lo hace con un discurso novedoso –ya no habla de la “evangelización” del oro, como comenta con esta revista que hizo tiempos atrás cuando llegó a la firma–, cercano a todos los públicos, claro en el discurso y con un mensaje claro: el oro es la oportunidad.  “No es lo mismo en un viaje con el coche pinchar una rueda y al tener otra de recambio llegar a tu destino que quedarte en la cuneta”. Con este símil Epeldegui comenta…
Por Tomás Epeldegui, director de Degussa Metales Preciosos En el lenguaje que utilizamos para las actividades cotidianas de nuestra vida diaria, tendemos a igualar los conceptos “valor” y “precio”. Es más, si nos plantamos en una calle y preguntamos a los viandantes las diferencias entre ambos, posiblemente, habrá muchos que no sean capaces de darnos una explicación clara. La RAE nos ilumina. Define “precio”, en una de sus acepciones, como “valor pecuniario en que se estima algo”, mientras que asigna a “valor” la “cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerlas cierta suma de dinero o equivalente”. La clave de la diferencia entre ambas definiciones se encuentra, a mi humilde entender, en que el precio “se estima”, mientras que el valor es una “cualidad” intrínseca. Se preguntarán ustedes a qué viene esta divagación en un texto cuyo título hace referencia al oro. Se lo explico. Conocer la diferencia entre ambos conceptos es fundamental para todas aquellas personas que estén interesadas en invertir en oro físico, porque una de las cualidades fundamentales de este metal precioso es, precisamente, el hecho de que preserva su valor en el tiempo, de que es un depósito de valor a largo plazo. Y eso, ¿qué significa? Se lo voy a explicar con un ejemplo muy claro. En 1970, un Seat 600 costaba 65.000 pesetas y se podía pagar con unas 25 onzas de oro de entonces. Hoy en día, esas 65.000 pesetas son unos 390 euros, mientras que 25 onzas de oro equivalen a cerca de 39.000 euros. No es necesario que les diga qué coche pueden comprar ahora con 390 euros y cuál con 39.000... Es la demostración de que, mientras el dinero fiduciario se va depreciando con el tiempo, el oro mantiene su valor. Y lo mantiene porque…
Tomás Epeldegui, director de Degussa en España, recomendó apostar por carteras de inversión diversificadas y en las que el oro físico suponga en torno a un 10%, “porque mejora la rentabilidad y reduce la volatilidad”, durante su participación en una presentación organizada por Expofinancial. Epeldegui compartió una presentación sobre diferentes oportunidades de inversión con D. Miguel Ángel Bernal Alonso, economista experto en Finanzas, profesor de la Escuela de Negocios IEB e IFRI y colaborador en medios económicos. El profesor Bernal analizó diferentes activos de inversión con los que los inversores se pueden proteger frente a la pérdida de valor y poder adquisitivo del dinero, como son las inversiones inmobiliarias o las acciones. También apoyó las bondades del oro como vehículo idóneo para una parte de las inversiones, reforzando así la postura defendida por Epeldegui durante su intervención. Fueron moderados por el especialista en Banca y Fiscalidad, José Antonio Almoguera. Tras realizar una breve exposición de la actividad de Degussa, Epeldegui enumeró los motivos por los que el oro físico es fuente de riqueza y elemento diversificador de las inversiones: es un activo líquido y sin riesgo crediticio; preserva el poder adquisitivo y ha superado a las divisas Fiat; es fuente de rendimiento a largo plazo; es un elemento diversificador que mitiga pérdidas en momentos de incertidumbre y un medio para mejorar el rendimiento y la protección de cualquier patrimonio. Todos estos argumentos los explicó con numerosos gráficos en los que se aprecia, en relación con la liquidez, por ejemplo, que el tamaño del mercado de oro físico financiero “es grande en comparación con muchos activos globales” o que el oro se intercambia mucho más que otros activos financieros. La capacidad de preservar el poder adquisitivo en el tiempo del metal precioso la expuso con ejemplos muy gráficos sobre el coste en…